Historia Archives - Nación https://nacionuy.com/category/historia/ Mensuario contrarrevolucionario Tue, 04 Jun 2024 14:57:50 +0000 es-UY hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://nacionuy.com/wp-content/uploads/2023/02/cropped-Diseno-sin-titulo-10-32x32.png Historia Archives - Nación https://nacionuy.com/category/historia/ 32 32 Historia de los siglos XVII al siglo XXI. Primera parte https://nacionuy.com/2024/06/03/historia-de-los-siglos-xvii-al-siglo-xxi-primera-parte/ https://nacionuy.com/2024/06/03/historia-de-los-siglos-xvii-al-siglo-xxi-primera-parte/#respond Mon, 03 Jun 2024 19:36:10 +0000 https://nacionuy.com/?p=650 Exclusivo Nación Oriental Al iniciar esta serie de escritos, sobre historia del siglo XXI, que es la que nos interesa más, por cuanto vivimos en él, debemos repasar un poco los siglos anteriores, para obtener un pantallazo de los sucesos más importantes, por cuanto la historia de la Humanidad, son causa y consecuencias de otros […]

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Exclusivo Nación Oriental

Al iniciar esta serie de escritos, sobre historia del siglo XXI, que es la que nos interesa más, por cuanto vivimos en él, debemos repasar un poco los siglos anteriores, para obtener un pantallazo de los sucesos más importantes, por cuanto la historia de la Humanidad, son causa y consecuencias de otros anteriores. El Siglo XVII, también conocido como el Siglo de Oro, fue un periodo de grandes cambios y transformaciones en la historia de la humanidad. Durante esta época, se produjeron avances científicos, descubrimientos geográficos y se desarrollaron nuevas corrientes artísticas y culturales. Además, se vivieron importantes conflictos religiosos y guerras que marcaron el curso de la historia. El final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna.

Al final del siglo XVII nos encontramos con un mundo en cambio constante. Analizaremos más que nada la situación en Europa, porque si vamos a otras civilizaciones nuestro presente estudio, se complicaría demasiado. Además, situaciones históricas que sucedieron en Europa no pasaron igual en Asia o Extremo Oriente, como por ejemplo la Edad Media. Los avances científicos y tecnológicos que se produjeron durante el siglo XVII, como el descubrimiento de la ley de la gravitación universal por parte de Isaac Newton y el desarrollo de la imprenta. El telescopio por parte de Galileo Galilei. La máquina de calcular por Blaise Pascal. La invención del microscopio por Antonie van Leeuwenhoek. En el ámbito cultural, el siglo XVII fue una época de florecimiento artístico. Grandes artistas y escritores, como William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Rembrandt dejaron su huella en la historia. Los conflictos y las guerras que tuvieron lugar durante este período, como la Guerra de los Treinta Años que devasto a Europa con consecuencia las Monarquías Absolutistas, tuvieron más poder y centralizo. La Paz de Westfalla puso fin a esta guerra. El Sacro Imperio Romano Germánico, quedo debilitado después de la Paz de Westfalla. La Revolución Inglesa (Cromwell), hizo debilitar la Monarquía Absolutista y e inicio el Parlamentarismo inglés, iniciando la República Parlamentaria y que sería más tarde base para las ideas de la Democracia, como nuevo poder, todo esto cambiaron el mapa político de Europa. Dio inicio a la Mancomunidad de Inglaterra. La guerra de los 80 años, guerra fue un largo conflicto entre los Países Bajos y España, por la independencia de los primeros de la monarquía española. Los Países Bajos, siguiendo el ejemplo de Inglaterra, se organizaron en gobiernos repúblicas parlamentarias. La Guerra de los 7 años, entre Gran Bretaña, Francia, España y Prusia.

Fue también en el final de este siglo el comienzo de la Revolución Industrial, fue un período de cambios significativos que tuvo lugar en Europa durante el siglo XVIII. Fue un momento de transformación en la forma en que se producían los bienes y se llevaba a cabo el trabajo. Este proceso revolucionario tuvo un impacto profundo en la economía, la sociedad y la política de la época, marcando el inicio de la era moderna y sentando las bases para el desarrollo industrial que conocemos en la actualidad. Se caracterizó por la transición de métodos de producción tradicionales a métodos más eficientes y mecanizados. La introducción de nuevas máquinas y tecnologías revolucionó la forma en que se producían los bienes, aumentando la productividad y reduciendo los costos. La invención de la máquina de vapor fue uno de los avances más significativos de la Revolución Industrial. Esta innovación permitió la mecanización de la producción y fue fundamental para el desarrollo de la industria textil, la minería y el transporte, el inicio de los primeros experimentos en electricidad. También tuvo un impacto importante en la vida de los trabajadores. A medida que la industria se expandía, muchas personas abandonaron el campo y se trasladaron a las ciudades en busca de empleo en las fábricas.

Sin embargo, las condiciones de trabajo eran duras y los salarios eran bajos, lo que provocó la aparición de movimientos obreros y sindicatos en busca de mejores condiciones laborales. Fue un período de gran transformación económica y tecnológica que cambió la forma en que se producían los bienes y se organizaba la sociedad. Aunque trajo consigo beneficios económicos y avances tecnológicos, también generó desigualdades sociales y problemas laborales, donde había lagunas legales y sociales para equilibrar la situación entre trabajador y empleador empresario. Durante este periodo, se produjo un importante aumento en la producción industrial, marcando el comienzo de la transición hacia la producción en masa y el desarrollo de la maquinaria. Se caracterizó por la introducción de nuevas tecnologías y métodos de producción, lo que permitió un incremento significativo en la productividad y una mayor eficiencia en la fabricación de bienes. También tuvo un impacto importante en la forma de vida de las personas. La migración masiva de las áreas rurales a las ciudades en busca de empleo en las fábricas condujo al crecimiento de las áreas urbanas y al surgimiento de una nueva clase trabajadora. Gracias al desarrollo de la maquinaria, se pudo aumentar la producción en diferentes sectores, como la industria textil, la minería y la producción de hierro.

Los antiguos métodos de producción, basados en el trabajo manual y la energía animal, fueron reemplazados por máquinas que podían realizar tareas de manera más rápida y eficiente. Este avance tecnológico tuvo un gran impacto en la sociedad y la economía de la época. Por un lado, se generó una mayor demanda de mano de obra en las fábricas, lo que llevó a la migración masiva de personas del campo a la ciudad en busca de empleo. Por otro lado, la producción en masa y la eficiencia en la producción condujeron a un aumento en la oferta de bienes y a una disminución de los precios. Es período de profundos cambios en la economía y la sociedad. Uno de los aspectos más destacados de esta revolución fue la mejora en los transportes. Antes el transporte dependía principalmente de la tracción animal y los barcos de vela. Esto limitaba enormemente la capacidad de transporte y la velocidad a la que se podían mover mercancías y personas. Se desarrollaron máquinas de vapor que permitían la creación de locomotoras y barcos de vapor, lo que revolucionó la forma en que se transportaban las mercancías, más rápido, más capacidad, más expansión del comercio, etc. Las locomotoras a vapor, dieron paso con el tiempo a los Ferrocarriles, más rápidos aún, y una mayor expansión del comercio, y del mercado, impulsando la economía y el comercio mundial, junto con el avance de los barcos a vapor a barcos más modernos. La mayoría de la población vivía en zonas rurales y se dedicaba principalmente a la agricultura. Sin embargo, con la llegada de la industrialización, comenzaron a surgir fábricas y se necesitaba mano de obra para trabajar en ellas. Esto llevó a un éxodo masivo de personas del campo a las ciudades, en busca de empleo y mejores oportunidades.

Las ciudades experimentaron un crecimiento acelerado, con la construcción de viviendas, infraestructuras públicas y privadas, de servicios para satisfacer las necesidades de la creciente población urbana. El crecimiento de las ciudades tuvo un gran impacto en la sociedad. Las condiciones de vida en las ciudades eran duras, con hacinamiento, falta de higiene y condiciones de trabajo peligrosas en las fábricas. A pesar de estas dificultades, la urbanización trajo consigo el desarrollo de nuevos sectores económicos, nuevos comercio y servicios. También se produjo un cambio en la forma de vida, con la aparición de una nueva clase social: la burguesía comercial e industrial. El final del siglo XVII y XVIII despues trajo consigo un fuerte crecimiento de las ciudades, con la migración masiva de la población rural y la aparición de nuevos sectores económicos. Aunque esto trajo consigo una serie de desafíos y problemas sociales, también fue el inicio de una nueva era de desarrollo y progreso.

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Trascendencia de Caseros y Paysandú https://nacionuy.com/2024/03/28/trascendencia-de-caseros-y-paysandu/ https://nacionuy.com/2024/03/28/trascendencia-de-caseros-y-paysandu/#respond Thu, 28 Mar 2024 17:17:44 +0000 https://nacionuy.com/?p=509 Alguien ha dicho con verdad que todo lo que Dios ha permitido que entre en la historia no puede borrarse. Tal lo que sucede con la Unidad de Destino de los hombres y las regiones de la Cuenca del Plata. Ella es indestructible porque hunde sus raíces en la Comunidad forjada en los siglos XVI […]

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Alguien ha dicho con verdad que todo lo que Dios ha permitido que entre en la historia no puede borrarse. Tal lo que sucede con la Unidad de Destino de los hombres y las regiones de la Cuenca del Plata. Ella es indestructible porque hunde sus raíces en la Comunidad forjada en los siglos XVI y XVII, adviniendo con personalidad de Reino en 1776. La lucha contra los ingleses, y más tarde enfrentando a los liberales de las Cortes de Cádiz, que pretendían desconocer los Fueros de los Reinos Indianos, marcó, en Mayo de 1810, el inicio de un largo período en el que se combatió por la Patria Grande contra la balcanización y la rapacidad de los Braganzas. Fue la etapa de las Intervenciones Europeas y de hitos y holocaustos como el de Caseros, en febrero de 1852, y de las humeantes ruinas de la heroica Paysandú, cuando despuntaba el sangriento enero de 1865.

En ambos episodios el Imperio del Brasil dio un importante paso adelante en la consecución de los planes expansionistas concebidos por sus hábiles diplomáticos. Con Caseros, Río de Janeiro conquistó el primer plano en el continente sudamericano, rompiendo el equilibrio político. Allí cayó la sabia y prudente política rosista, por lo que la mayoría de los países sudamericanos fueron victimados por Itamaraty. Bastaba solamente considerar papel mojado los Tratados de 1777. Con ello mantenían una línea constante de la diplomacia lusitana, que no había respetado ni el acuerdo de Tordesillas, firmado en 1494, ni el de Permuta rubricado en 1750, ni los que selló veintisiete años después y que son conocidos como de San Ildefonso.

En todos se buscaba dejar de lado la “línea recta e incontrovertible” de Tordesilllas por la geodesia de difícil determinación y que “dejaba brechas para ulteriores invasiones”. Ya en el siglo XIX se burló de la Convención Preliminar de Paz de 1828, suscripta por presión del maquiavélico Mr. Ponsonby, donde se seccionó la Patria fundamentada en las realidades geopolíticas del viejo Virreinato. Hasta donde les convino, fueron al cesto de los incumplimientos los Tratados de 1851, con los que prostituyeron a diversos “próceres” para provocar la caída de Rosas.

Al mismo lugar de “llanto y rechinar de dientes” marcharon los Protocolos de 1864 y 65, con los que instrumentaba a la Argentina y a la República Oriental para una guerra a la que se fue sin Ejército, sin armas y sin dinero, y que solo interesaba a Pedro II. El camino había sido pacientemente preparado para aniquilar al Paraguay y “luego cortarle sendos costillares”. Los condenados eran los mismos López a los que el Carioca había atizado en 1842 contra la Confederación Argentina de Rosas.

Rumbo equivocado de una política que, cuando quiso ser rectificada, terminó en el horror del Aquidabán Ñu. Nada podía oponerse a los objetivos del Emperador masón y sus gabinetes Luzias o Sacaremas. Todo le significó en pocos años la incorporación de más de ochocientos mil kilómetros a lo heredado de Portugal.

En lo que a esta Banda respecta, hay que señalar que desde antes de la fundación de la Colonia del Sacramento el objetivo fue alcanzar la orilla izquierda del Plata. Respecto a la trascendencia estratégica de nuestra región, decía en un informe de 1816 Miguel de Lastarria, ex Fiscal de la Real Audiencia de Buenos Aires: “Su importancia, inadvertida por España, no lo fue en cambio por Portugal, porque en el Nuevo Continente no se encuentra otro ángulo más bien surtido y situado […] para hacer el comercio de África y de Asia, así como para utilizarlo en la salida al mar de San Pablo, Cuyaba, Matto Grosso, y también como «palanca» para trastornar toda la América del Sur”.

Como no podemos extendernos, y el documento publicado por los doctores Aníbal y Oscar Abadie lo amerita, prometemos ocuparnos del legajo en nota especial. Permanezcamos entonces en el camino trazado.

La caída de don Juan Manuel de Rosas y de Manuel Oribe le costó al Estado Oriental un disfrazado regreso a la época de la Cisplatina (1817-1824), amén de tener que aceptar la burla a los Tratados de 1777 y el retorcido desconocimiento de la doctrina romana del “Utis Possidetis”.

Con ello, la diplomacia fluminense “legalizó” la usurpación de una enorme porción del territorio Oriental, asumiendo además soberanía sobre los cursos de aguas fronterizos y levantando fortalezas en el interior.

Pero una situación imprevista provocó un cambio. En 1860, hombres de extracción oribista se hicieron cargo del gobierno uruguayo, lo que fue visto por Río de Janeiro como peligro potencial. La repetición de la antigua alianza del viejo partido Federal con los Blancos orientales podía ser una traba en la marcha del Imperio hacia Paraguay y Bolivia.

Mitre, presuroso, se prestó al juego de don Pedro y “pavonizó” al Estado Oriental enviando a Venancio Flores, su cuchillero de Cañada de Gómez.

El protocolo del 22 de agosto de 1864, firmado por José Saraiva y Rufino de Elizalde, es la prueba de la histórica ignominia. La invasión del Uruguay por el Imperio fue consumada con la colaboración diplomática y el apoyo logístico del cainita gobierno de Mitre. Varios miles de soldados brasileños y la flota de Tamandaré constituyeron una fuerza incontrastable. Paysandú resistió hasta el martirio, pese a no tener elementos de guerra proporcionados. Las ruinas Sanduceras simbolizaron la derrota de la Patria Grande. Las intervenciones brasileñas en el Plata siempre significaron las grandes desgracias nacionales, constituyendo esta vez la de 1865 y a plazos escalonados una derrota para sus actores.

En el Brasil ella se produjo cuando en 1889 un esotérico accionar de logias provocó la caída del Braganza y proclamó la República. Sin embargo, la nueva conducción, alejándose del “desorden producido por el cambio de la secular forma de gobierno”, mantuvo sabiamente a los aristócratas formados por la diplomacia Imperial. El designado para conducir a Itamaraty fue José Maria Da Silva Paranhos, Barón de Río Branco, tramoyista y deus ex machina de una política que alguien definió como la de besar la mano que se proponía cortar.

A comienzos del siglo XX, y con el respaldo de una poderosa marina, se enfrentó con el gobierno de Buenos Aires, cuya Cancillería era ocupada por Estanislao Zeballos. Río Branco buscó entonces el apoyo del gobierno de Montevideo, concediendo al Estado Uruguayo las aguas e islas de la Laguna Merim que se encontrasen al oeste de la línea media, y las del Yaguarón hasta el “talweg” en la parte navegable y hasta la línea media río arriba. La generosidad mostrada por quien era magnánimo con lo ajeno, mientras mantenía en su patrimonio noventa mil kilómetros cuadrados usurpados en 1851, no puede ser calificada sino como una de las simulaciones más inicuas de la diplomacia sudamericana. A nadie importó el triste pretérito y menos la burla tartufesca de 1909, para que en San Felipe y Santiago de Montevideo se dispusiera levantar un gran monumento al “personaje”. Ayer pasamos frente a los grupos alegóricos con el bajorrelieve del Barón. Volvimos a sentir el dolor del escarnio.

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