F. Romo realiza una completa síntesis de la realidad española y europea
Me es grato hallarme un año más entre vosotros, invitado a participar de esta efeméride en calidad de jefe provincial de FE de las JONS de Barcelona y delegado territorial de la Hermandad de la Vieja Guardia en Cataluña. Adherirme a estos actos que, de forma casi heroica, conmemora la asociación cultural “Gerona Inmortal” es un verdadero honor.
Quiero comenzar mi intervención evocando la memoria de un entusiasta y noble camarada, que el pasado año nos acompañó en este mismo salón. Se llamaba Daniel Boleda y nos dejó el pasado mes de diciembre, víctima de un cáncer fulminante a los 62 años de edad. Vaya para él un emotivo recuerdo, confiados en que Dios misericordioso lo habrá acogido ya en su seno.
Adentrándonos ya en el terreno de la política, muchos han sido los acontecimientos que se han sucedido en este último curso.
El inicio de la XV legislatura española desde la instauración del Régimen del 78 no podía haber sido peor. La reelección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno, con el apoyo de todos aquellos grupos que representan lo peor de la sociedad española, nos ha conducido a una situación surrealista, dantesca y patética.
La recién aprobada Ley de Amnistía, normativa estrella de la legislatura, supone, además de una aberración jurídica, un cheque en blanco para que todos los separatistas que participaron en el gravísimo intento de desmembración de la Patria queden impunes. Delitos como la desobediencia, la sedición y la malversación ya juzgados y condenados en firme quedan amnistiados. Otros presuntos delitos como el terrorismo, la traición y los desórdenes públicos, atribuidos a Puigdemont, Rovira y sus secuaces tienen difícil prosperar pese a los firmes indicios de criminalidad existentes, ya que el tirano Sánchez ejerce una injerencia cada vez mayor en todos los tribunales de justicia. Sólo hace falta ver el reciente fallo del TC, presidido por el socialista Cándido Conde Pumpido y con mayoría progresista, que reduce las penas a los exdirigentes andaluces Chaves y Griñán a penas irrisorias para que no tengan que dar con sus huesos en la cárcel. Estamos, pues, ante un panorama que nos era desconocido hasta ahora.
El nivel de descaro con el que actúa la actual clase política alcanza cotas difíciles de imaginar hace unos años. Sufrimos unos gobernantes que se sirven de todos los aparatos del Estado, incluido el judicial, para perpetuarse en el poder y situarse muy por encima de cualquier ciudadano de a pie, con privilegios injustificables y actitudes muy por debajo de lo que sería éticamente aceptable.
A nivel europeo, las perspectivas tampoco son del todo halagüeñas. Ciertamente, nos hemos de felicitar porque la legislatura que acaba de comenzar y que, previsiblemente, se extenderá hasta 2029 arroja unos resultados significativamente positivos. Ha habido un avance de las fuerzas euroescépticas, patriotas y disidentes en muchas naciones europeas que se traduce en la conformación de tres grupos parlamentarios considerados por la prensa del sistema como ultraderechistas. Sin embargo, ni son todos los que están ni están todos los que son. Algunos de los allí presentes no son más que disidencia controlada, mientras que partidos probadamente antisistema como el NPD alemán o Falange Española se han quedado fuera de la Eurocámara.
Además, los presuntos adversarios políticos, que sabemos que no son sino dos caras de la misma moneda; a la sazón el grupo popular europeo y la Alianza de Progresistas de Socialistas y Demócratas, se han apresurado para sumar sus fuerzas, si es preciso incluso apoyándose en los Verdes o en la Izquierda radical, para repartirse los cargos ejecutivos de las instituciones europeas y dejar sin margen cualquier iniciativa que provenga de los grupos pertenecientes a la extrema derecha.
Otro de los retos de mayor envergadura que debemos enfrentar es el de la inmigración masiva y descontrolada. Asistimos a un plan preconcebido tendente a la progresiva sustitución étnica de las naciones europeas. En efecto, el títere Sánchez no es más que un alumno aventajado de los gerifaltes que han diseñado la Agenda 2030 y, en lo que se refiere a los movimientos migratorios, aquello que alumbró Kalergi hace poco más de un siglo. El Gran Reemplazo de las poblaciones europeas blancas cristianas se está acelerando en nuestros días.
Ciertamente, la baja natalidad de los europeos autóctonos, combinada con una política de puertas abiertas hacia personas procedentes del Magreb, de África subsahariana, de Asia y de cualquier rincón alejado de la cultura occidental, son la amalgama perfecta para crear una sociedad multicultural, débil y amorfa, que pueda ser fácilmente subyugada y controlada por las élites dominantes. Sin obviar un ingrediente explosivo, la religión islámica cuya práctica apenas debería tener cabida en el viejo continente y que se extiende cada vez más dentro de nuestras fronteras. Sin embargo, acerca de este último punto quiero matizar que no toda la responsabilidad es del mundo árabe. Nosotros no hemos sabido preservar nuestra cosmovisión cristiana del mundo, que hizo de España, Europa e Hispanoamérica una gran civilización y fue una barrera infranqueable para la conquista definitiva de la Península Ibérica por las huestes sarracenas. No podemos olvidar que, si la Reconquista llegó a buen puerto, fue gracias a la fe sincera de los reyes y al ánimo de toda la población de ganar para Cristo las viejas tierras del reino visigodo, otrora perdidas tras la invasión del año 711.
Sin embargo, en nuestros días, en toda Europa la práctica religiosa cristiana ha caído a porcentajes alarmantes en las últimas décadas a consecuencia de la impregnación de filosofías materialistas, algunas de las cuales se remontan incluso a tiempos de la Revolución Francesa. Una sociedad totalmente secularizada, sin valores absolutos, entregada al hedonismo y al relativismo moral, es campo abonado para todo tipo de experimentos de ingeniería social.
Nuestra función hoy, pese a nuestra aparente debilidad, es despertar conciencias. Debemos ser la china en el zapato de nuestros gobernantes, la punta de lanza que les fuerce a actuar en aquellas materias que, motu proprio, no lo harían.
Otro aspecto muy importante es continuar dando la batalla cultural, la batalla de las ideas. Hemos de llevar a la palestra temas incómodos o políticamente incorrectos, aunque la presión del entorno sea hostil o adversa. La formación de nuestros militantes debe ser continua. Precisamos camaradas bien formados, capaces de dar razón de nuestras ideas y de captar nuevos militantes para nuestra causa. El relevo generacional es imprescindible para que nuestro nonagenario proyecto siga adelante.
Al hilo de este tema, me permito insistir una vez más en una idea: ¡militad! Es un imperativo acuciante en nuestros días. No es suficiente, aunque sea necesario, estar hoy en esta conmemoración. Debemos trabajar políticamente durante todo el año. Hemos de ser atletas forjados al calor de la antorcha, dispuestos a conservar, avivar y transmitir el fuego sagrado a nuestros compatriotas y a las generaciones venideras.
Cada cual en el lugar en que sienta que pueda ser más útil: los jóvenes universitarios en el SEU; los más aguerridos en la primera línea de Falange; los ávidos de lucha sindicalista, en cualquiera de nuestras organizaciones sindicales; los más veteranos, en la Hermandad de la Vieja Guardia. Para todos hay un puesto en nuestras filas. El movimiento avanza allí donde los más comprometidos están dispuestos al sacrificio.
Que el ejemplo de los héroes y mártires que hoy recordamos, cuyo sentido del deber es difícil de imaginar hoy, sea el estímulo propicio para que nosotros acertemos en el cumplimiento de la tarea que la Providencia nos ha reservado.
Camaradas,
¡¡¡Caídos por Dios y por España!!! ¡¡¡PRESENTES!!!
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!
Gerona, 20 de julio de 2024
Nota: Pies de fotos 1- Conmemoración del aniversario del Alzamiento Nacional 1936 – julio 18, 2024
2- Caídos por Dios y por España. Cementerio de Girona 1936 – julio 18, 2024