Julio Martino: Recibimos en Controversias y Nación Oriental a Stella Maris Blanc, la esposa del capitán de navío Jorge Tróccoli. Nos viene a contar la historia de los últimos años que ha vivido junto a su esposo. Es una historia de nuestros tiempos, estos tiempos torcidos que nos tocan vivir. Es la historia de la persecución sistemática, sin pausas, continua, que ha sufrido el capitán Tróccoli desde hace casi 30 años y que ha terminado con él preso en una penitenciaría italiana.
Esta historia es la historia de una venganza, de una revancha y es la historia de la ausencia de un estado, el estado uruguayo, que debiera proteger a sus servidores y no lo ha hecho. Es la historia del desconocimiento de la voluntad del pueblo uruguayo, que en dos ocasiones de manera reciente, sancionó a través de las urnas su voluntad de pasar página del pasado. Es la historia de un soldado, de un marino, que cumplió con su deber, que por cumplir con su deber y con su juramento, por obedecer a sus mandos y por servir a su patria en el puesto que le tocó ocupar, ha sido perseguido, acusado en falso y hoy está encarcelado. Es también la historia de muchos más oficiales, soldados, de las fuerzas armadas, de la Fuerza Aérea, del Ejército, de la policía y de la Armada, que en los años 70 participaron en la lucha contra la subversión que agredió y atacó a nuestro país. Una subversión orquestada desde el extranjero, por lo que nuestras fuerzas armadas recibieron el mandato constitucional de combatirla, avalados por el Parlamento en su momento a través de la sanción de la Ley del Estado de Guerra Interna. Ley votada por la mayoría de los legisladores, blancos y colorados, que ordenaron a las FF.AA. ir a la guerra.
El Capitán Tróccoli en esa época era un oficial subalterno y revistaba en el Cuerpo de Fusileros Navales. Ese fue el puesto que le tocó ocupar y allí cumplió las órdenes que sus mandos le dieron, lo hizo dentro de las leyes del momento, de las reglamentaciones del momento y del sistema disciplinario que imperaba en la Armada y en el Cuerpo de Fusileros Navales. Lo hizo con esfuerzo, con tesón y con respeto a quienes tuvo que combatir. Esos mismos que se han encargado, pasados los años, de montar una venganza, de inventar unas acusaciones inverosímiles, que no tienen ninguna posibilidad de ser probadas porque son falsas y son descabelladas y que pretenden equipararlo, en los años 70, a la altura la los jefes militares de las fuerzas armadas de Chile, Argentina, Perú y Uruguay, en un juicio en Italia, hace unos años, por el denominado Plan Cóndor. Él, que era un simple teniente de navío, lo igualan al mismo rango, al mismo nivel que los gobernantes y mandos de la época. Y se monta un juicio con nombre y apellido, el de él. Porque estaba en Italia. Lo equiparan con todas las cúpulas militares de los países del Cono Sur, que son juzgadas por supuestas violaciones a los derechos humanos en el marco de un Plan Cóndor, que nadie ha podido probar su existencia y el cual si existía, no tenía la más mínima posibilidad que un teniente de navío, ocupando un cargo dentro de una unidad táctica de la Armada, pudiera tener el mando operativo sobre dicho plan, si hubiera existido. Pero así fue la historia. Fue juzgado en un tribunal con jurado popular y fue absuelto.
Las acusaciones lo involucraban en asesinatos en los cuales no pudo estar, porque el FUSNA no operaba fuera del país y esas situaciones se produjeron fuera del país. Finalmente termineó siendo exonerado por ese jurado popular. Me gustaría que ya empezaras a contarnos, Stella Maris, esas vicisitudes, pero para empezar, ¿cuál es la situación actual del capitán Tróccoli? ¿En dónde está detenido? ¿En qué condiciones está detenido y cuál es la situación que él tiene en estos momentos?
Stella Maris: Muchas gracias por la invitación para poder contarles lo que hemos vivido en estos años, que han sido bastante duros, pero seguimos adelante. Con respecto a la situación de Jorge en este momento, te cuento un poco más. Estuvo dos años en aislamiento en el Instituto Penitenciario de Carínola, donde se dedicó a estudiar mucho. Estudió religiones comparadas porque él hizo antropología, también estudió geopolítica, ya que la situación actual lo ameritaba debido al estudio del mundo, que está bastante complicado. Se pasó todos esos años analizando cosas y siempre en aislamiento total. Ahora, en noviembre del año pasado, lo trasladaron al Instituto Penitenciario de Napoli, donde ya no está en aislamiento, está en su celda normalmente.
En cuanto a sus actividades diarias, tiene acceso fuera de la celda de las ocho de la mañana a las ocho de la noche, estudia sociología porque está en un lugar donde hacen cursos universitarios. Él eligió sociología para seguir avanzando en sus estudios y también participa en estudios en grupo. Es interesante el tipo de actividades que realiza, incluyendo mucha gimnasia, considerando que tiene 77 años y algunos problemas cardíacos, entre otros, pero sigue adelante. Su condena es perpétua, es decir, de por vida, por un crimen que no cometió, como mencionabas. Es absurdo que un teniente, un simple teniente, sea acusado como si hubiese sido un presidente que dirigió una nación. Es una situación totalmente ridícula. Esta gente ha inventado las cosas más increíbles y las han repetido tantas veces que al final, esas falsedades se perciben como verdades, pero no lo son. Es momento de esclarecer las cosas y hablar de lo que realmente ocurrió.
Julio Martino: ustedes hace unos años se fueron de Uruguay porque, claro, no tenían ninguna confianza en lo que los tribunales uruguayos les podían deparar, que estaban absolutamente flechados y sesgados en los juicios contra los militares.
Toman la decisión de ir a Italia, pensando que la justicia italiana podía ser más justa, más equidistante y más neutral para poder justificar sus actos y tener más garantías. Eso debido a la injerencia de la izquierda dentro de la justicia en Uruguay, que era y es intolerable y escandalosa.
Ustedes llegan a Italia y en el marco de su llegada, después de diversas vicisitudes, se monta un espectáculo, un juicio por la Operación Cóndor. Se pretende juzgar a las cúpulas militares del Cono Sur, en donde hubo casos de italianos desaparecidos o muertos en ese periodo de las denominadas dictaduras y en el marco de ese supuesto plan. Entre los acusados esta nada más ni nada menos que el capitán Tróccoli equiparado a esos mandos, a esas cúpulas militares. Y hay un juicio en primera instancia con jurado popular, que falla a favor de Tróccoli, lo exonera absolutamente y que incluso en sus sesiones finales pretende el estado uruguayo intimidar al Tribunal italiano mandando al vicepresidente de la República, nada más ni nada menos que el señor Sendic, que estuvo en sala presente como diciendo: aquí estamos nosotros, queremos que a este lo condenen, es impresentable ese tipo de conducta. ¿Cómo fue ese primer juicio, ese primer juicio en primera instancia donde un Tribunal popular deja libre de responsabilidad a tu esposo Tróccoli?
Stella Maris: Sí, como decías, perseguidos por mas de treinta años y ya llegando casi a los cuarenta años de persecución desde que comenzó todo esto.
Jorge decidió defenderse porque estaban diciendo cosas que no eran verdad. La gente lo empezó a escuchar, Jorge le preguntó una vez a un periodista, por qué me atacaron de esa manera, si yo lo que quería solamente era hacer la paz y lograr que se pacificara todo, que no hubiera esta división en Uruguay. Y le contesto que no supieron qué hacer, porque vieron que la gente empezaba a escuchar, a hablar de las cosas que decías, que tu enfoque comunicativo era totalmente distinto de lo que se estaba haciendo hasta el momento. Le dijo “ahí nos pusimos todos de acuerdo y decidimos atacarte…” y ahí vino todo lo demás, toda la prensa de izquierda inventando las cosas más increíbles. Tanto es así que un amigo un día nos dijo:¿tu marido es Superman?, estaba supuestamente en todas partes, según esta gente de la prensa. Fue una cosa vergonzosa lo que hicieron. Nos persiguieron mucho, sufrimos atentados, inventaron cosas increíbles, y las persecuciones fueron de todo tipo, no solo para nosotros dos con mi marido, para toda la familia.
Cantidad de veces uno piensa si le pasara a esas personas que inventan cosas y que dicen cosas, si les pasara la cuarta parte, si le inventaran la cuarta parte de las cosas que nos inventaron nosotros, no sabrían qué hacer, la verdad. Pero seguimos adelante porque estamos convencidos de que Jorge hizo las cosas como lo tenía que hacer, como vos decís, fue una lucha por su país, luchó para que no se estableciera otra Cuba en Uruguay, que era lo principal, que nuestros hijos no vivieran de la manera que se vive en Cuba, con las persecuciones impresionantes de ahí y que viven en la miseria total.
Lo hizo con conciencia, eso es lo importante, se sacrificó por su país y bueno, estabamos en estas circunstancias, pero en ningún momento se ha arrepentido de haber hablado y de haber dicho lo suyo. Es una manera también de mostrar que las cosas no fueron como dicen ellos, porque todo el mundo se quedaba callado, nadie los enfrentaba, les permitía que dijeran lo que quisieran. Claro, Jorge fue el primero, entonces esto fue muy difícil, y el ataque fue impresionante. Pero como siempre te digo, salimos adelante.
Cuando vimos que no había posibilidades porque la justicia en Uruguay no existía, o sea, estaban inventando cualquier cosa, como dijo claramente Perciballe y Guianze, palabras más, palabras menos, como no tenían pruebas, tuvieron que acusar por indicios o inventar las pruebas. Los dos dijeron lo mismo. Así que bueno, el abogado nos aconsejó y dijo que ya no teníamos nada que hacer. O sea, que no íba a poder defenderlos a ustedes porque la justicia no nos respaldaba. Así que bueno, Jorge antes de ser requerido dijo, “Bueno, como Italia es la cuna de la parte jurídica, me voy para Italia, soy italiano, me voy para Italia. Y en Italia seguramente cuando me busquen voy a tener un juicio justo”.
Así que bueno, se vino para acá para Italia, que tenía unos parientes, se quedó en la casa de ellos hasta que un día le avisaron que los carabinieri lo estaban buscando porque Interpol lo estaba buscando. Y bueno, fue, por motus propios, se presentó en la comisaría diciendo que él era quien era y bueno, cerca de Navidad lo metieron preso, se lo llevaron y se fue a la cárcel, estuvo cuatro meses preso en Roma, en una cárcel de Roma, hasta que el juez negó la extradición por ser un ciudadano italiano y quedó libre.
Vivimos durante años, muchos años, sin ningún tipo de problema y por supuesto siempre con los ataques desde Uruguay continuos y las invenciones continuas que ellos hacían.
Hasta que después empezó el juicio por el “plan condor”, y como decías tú en primera instancia lo declararon inocente, ¿por qué? Por falta de pruebas porque no había pruebas ni las iban a encontrar porque Jorge no tuvo nada que ver en todo eso, es una cosa inventada.
Ahí quedamos nosotros muy contentos pero ellos estaban furiosos porque decían, “Tróccoli no, Tróccoli no, no puede ser que Tróccoli quede libre” porque la historia que habían inventado era tan grande, tan grande que no lo podían creer. Lo peor es que le hicieron creer también a cantidad de familiares, de gente desaparecida, que Jorge tenía algo que ver y Jorge no tuvo nada que ver con ninguno de ellos, la verdad.
Él no hizo desaparecer a nadie, por supuesto no ayudó a matar a nadie o contribuyó de alguna manera a que mataran a alguien a través suyo, por cosas que él pudo hacer o haber dicho, no, para nada. Actuaron siempre dentro de la ley, dentro del organismo militar, respetando la jerarquía, él era un simple teniente, respetaba el orden que tenían que tener las cosas. Lo dejaron libre y para nosotros fue increíble, no lo podíamos creer lo que había sucedido, pero a su vez pensamos que era lógico porque no había ninguna prueba, ni iban a encontrar ninguna prueba de que él fuese culpable.
Así que bueno, entonces en el juicio, en la primera parte del juicio: lo declaran inocente. Entonces esperamos confiados hasta que llegó la segunda instancia, la segunda instancia que apeló Uruguay, parecia que no iban a apelar, pero uno de los abogados encontró una piola de esas sueltas, dijeron que tenían nuevas pruebas, cosa que era mentira.
Julio Martino: Bueno, Stella Maris, el resultado de ese juicio fue demoledor. El gobierno del presidente Tabaré Vazquez, el gobierno del Frente Amplio, quedó conmocionado. En la sala hubo ataques de histeria de los acusadores, llantos, un teatrillo ridículo y cursi. En Uruguay, conmoción política, se demostraba que toda esta persecución en el Uruguay no tenía bases, y lo estaba diciendo un tribunal italiano. Entonces apelaron y promovieron un juicio en segunda instancia. Pero antes de ese juicio pasó algo, algo muy grave, algo que está denunciado por varios medios e incluso en un libro, “La intriga de los derechos humanos” del periodista e investigador del pasado reciente Álvaro Alfonso. Ese juicio al capitán Tróccoli, en segunda instancia, por los mismos delitos, por 40 homicidios en Argentina, de los cuales no tuvo ninguna participación, porque ni los conocía, ni tuvo trato, ni tenía posibilidad de mando, ni de decisión, ni de actuar, ni de ordenar, porque él no tenía ninguna función en Argentina, él estaba en Uruguay, en una unidad uruguaya y por su grado no tenía capacidad para tomar decisiones fuera del pais. Le echaron en el lomo 40 homicidios de vuelta con la misma historia.
Pero simultáneamente en Uruguay, un narcotraficante italiano de nombre Morabito se escapa, un narcotraficante que el gobierno italiano quería desesperadamente extraditar y no podía porque en Uruguay no hay cadena perpetua y en Italia podría ser sometido a cadena perpetua. No había posibilidad de extraditarlo, y entonces Morabito se escapa y al poco tiempo todos los contactos de Morabito empiezan a ser detenidos en todo el mundo, lo cual genera una gran sospecha de que Morabito fue a parar a manos de las autoridades italianas y empezó a cooperar con estas en secreto a cambio de su libertad. Aparentemente, después de eso, Italia le tuvo que pagar a Uruguay este favor. Esto es muy grave. Y es asi que se promueve el juicio en segunda instancia y haciendo que en ese juicio ya el fallo estuviera determinado de antemano, porque en esa segunda instancia el capitán Tróccoli fue condenado por los mismos cargos que fue exonerado en el anterior y fue condenado a cadena perpetua por 40 homicidios que no cometió y por tener injerencia y mando en un plan internacional en el cual no podía tener ningún tipo de participación por su rango.
Incluso se volvió a repetir la injerencia del poder ejecutivo sobre el poder judicial, con la presencia de una alta funcionaria del gobierno de Enzo Rensi en los tribunales que estaban juzgando a Tróccoli en esa apelación. Como diciendo, el gobierno italiano está aquí esperando que este tribunal condene a Tróccoli, lo cual es impresentable, es una intromisión inaceptable y escandalosa. ¿Cómo fue Stella Maris esa segunda instancia?,¿Cómo la vivieron ustedes? ¿Cómo fueron los acontecimientos? ¿Cómo fue esta historia de Morabito? ¿Qué saben ustedes?
Stella Maris: En esta segunda instancia, como decías, todo empezó normal. Estábamos tranquilos en realidad, estábamos muy tranquilos.
Hasta que empezamos a ver cosas raras, como por ejemplo que Guianze junto con Toma vinieron a Italia, se reunieron con el fiscal, y simultáneamente cambiaron a todos los jueces. Empezamos a ver que había algo raro, pero estábamos confiados realmente porque estábamos tranquilos, porque no iban a encontrar absolutamente nada nuevo.
Al final, cuando quisimos acordar, en segunda instancia fue acusado por homicidio, una cosa que no podíamos creer.
Después, atando cabos, vimos que habían venido de Uruguay varias veces a hablar con el fiscal y no solo eso, sino que el fiscal llamó directamente a Uruguay, al abogado que estaba en la representación del país, para decirle que a Jorge le habían sacado la cédula de identidad y el pasaporte para que no pudiera salir de Italia. O sea que armaron todo por debajo, absolutamente todo por debajo, y todo eso sucedía simultáneamente con el tema de Morabito.
Morabito vivía en Uruguay, en Punta del Este, parece que registró a la hija con el apellido de él y bueno, ahí llegaron a descubrirlo de que estaba en Uruguay, lo metieron preso, que según me contaba Álvaro Alfonso, parece que Morabito se escapó por la puerta del frente, o sea, no es que se escapó por el techo que decían que se metió en la casa de una vecina, no, no. Morabito salió por la puerta del frente, cruzó enfrente, se tomó un café, lo vinieron a buscar y se fue, y se fue para Brasil.
Como decías tú, Uruguay no tiene extradición, por lo tanto, lo dejaron escapar, se fue a Brasil, el gobierno brasileño lo encarceló, Italia se lo trajo y está preso acá en Italia. Pero en el ínterin, en poco tiempo, luego que lo arrestaron en Brasil, empezaron a caer mafiosos acá, del área suya, de su grupo, empezaron a caer a continuación, cientos que caían y caían, porque se ve que Morabito hizo un acuerdo ahí. Atando cabos con fechas y poniendo las fechas, las venidas de Toma, las venidas de Guianze, el fiscal, la escapada de Morabito, Morabito que lo traen y a Jorge que lo declaran culpable. No solo a él, a todos los demás, pero en realidad, el que les importaba era solamente Jorge, porque los demás de alguna manera estaban presos o estaban muertos, ya estaban presos en Uruguay o ya estaban presos en otro país o estaban muertos, el único que estaba acá era Jorge en Italia, entonces lo que querían era simplemente agarrar a Jorge.
Y bueno, así fue, haciendo los cálculos y mirando las fechas y todo como coincide, el cambio de todos los jueces, los arreglos que hizo el fiscal, todo, absolutamente todo coincide. Italia necesitaba, quería a Morabito porque de esa manera agarraba una cantidad de mafiosos, y Uruguay quería a Jorge, que era lo que Vásquez había prometido, había prometido que lo iban a agarrar a Tróccoli, y bueno, lo hicieron y Toma hizo su trabajo, y Guianze también hizo su trabajo, y el fiscal también hizo su trabajo. Jorge, terminó culpable pero libre, hasta que vino la casación, que fue la tercera instancia, al final del juicio, y ahí lo declararon, no solo culpable, o sea, no solo culpable, sino de por vida, una cosa que no podíamos creer. Me acuerdo, en junio, hacía un calor bárbaro, estamos en la playa, y nos llamó el abogado de que venían a buscarlo, ¿qué les puedo decir? Parecía una película, una película, ¿qué te puedo decir? Una película increíble, pero bueno así pasó todo. En la cárcel lo tratan bien, en ese sentido no tiene ningún tipo de cosa que decir, porque sí, hubo una burocracia increíble, pero dentro de todo está bien, no pasa frío, está bien.
Y sí, en el juicio estaba presente Sendic, que vino a hacer presión, evidentemente, y además estaba un representante del Partido Democrático, que es el partidpo de izquierda acá, estaban presentes, como para reafirmar que eso era lo políticamente correcto. Que Italia estaba cumpliendo con sus funciones respecto a lo que había sucedido en Sudamérica, con el Plan Cóndor y todo lo demás.
Julio Martino: Esta es una situación perversa que están sufriendo, esta indefección, esta soledad, no porque no hayan quienes estemos de vuestro lado, soledad desde el punto de vista judicial y político, tanto de las autoridades de Italia como de las de Uruguay, donde nadie se hace cargo de todas las irregularidades impresionantes que se han cometido en este juicio en segunda instancia. En las sospechas que caen sobre el Poder Judicial Italiano, sobre el gobierno de Renzi, sobre el gobierno del frente amplio de la época del señor Tabaré Vazquez, hoy fallecido.
Sé que han presentado un alegato, que ese alegato lo han elevado a las principales autoridades del gobierno italiano, entre ellas la señora Giorgia Meloni, jefe de gobierno de Italia, y que ojalá tenga oídos para este pedido, porque lo que está en juego es la legalidad y el honor de Italia. Porque Italia ha actuado con deshonor al pervertir la verdad y al hacer tratos oscuros para perseguir una persona inocente. Restituirle la libertad al capitán Tróccoli por parte del gobierno italiano, es restituir el honor a la propia Italia, los tribunales prevaricaron, los gobiernos cometieron delitos, falsificaron pruebas, manipularon jueces, esto es insostenible en un estado democrático moderno, en un estado de la Unión Europea.
Sé que ahora sigue el montaje. Sigue el teatrillo, porque hay un tercer juicio por el caso de Elena Quinteros, donde Troccoli tampoco tiene nada que ver, porque la unidad en la cual él revisto en la Armada no tiene nada que ver con el operativo que pudo haber contra la señora Elena Quinteros.
Entonces, para finalizar, para resumir un poquito, cómo va ese alegato, cómo se presentó, se le hizo llegar una copia al presidente del Uruguay, al doctor Lacalle, se tienen expectativas positivas, qué pasos van a seguir dando y cómo está ese último juicio a que está siendo sometido de manera absurda y ridícula el capitán Tróccoli y tus últimas reflexiones finalmente.
Stella Maris: hemos estado siempre solos, siempre solos, peleándola solos, siempre, y contra molinos de viento, impresionante todo esto, y bueno, una vergüenza de la parte judicial. Me acuerdo que fue muy cuestionada porque dicen que acá hay diferentes corrientes, y los abogados y jueces si no se meten en una de esas corrientes no pueden pertenecer al sistema ¿no?
Justamente uno que era juez hizo una denuncia sobre esto, que por supuesto lo terminaron sacando, porque destapó una cantidad de problemas que existen en la justicia italiana. Pero ese juicio evidentemente fue un arreglo entre países, que se hacen arreglos entre países.
Y bueno, el problema es que esta vez nos tocó a nosotros en piel propia. Y bueno, Italia hizo eso, pero nosotros ahora en este momento ya nos cansábamos.
En este momento como que dijimos, bueno, hasta aquí llegamos, entonces hicimos toda una presentación de una cantidad de documentación al presidente de la República Sergio Mattarela, al presidente del Concilio, al ministerio de defensa, al ministerio exterior, y bueno, varios lugares más.
Jorge dice, bueno, evidentemente, yo soy inocente y quiero que esto salga, que se sepa. Así que bueno, estamos esperando respuestas de algún tipo en todo esto.
Jorge ahora en este momento tiene otro juicio, vino Toma otra vez acá a Italia, que fue cuando se le armó un lío muy grande a él allá, porque vino con una muchacha que era abogada, no sé, y vino a hacerle otra denuncia a Jorge, que eso fue en el segundo juicio, y lo que nos enteramos era que si no lo mandan preso en este primer juicio, le hacemos otra denuncia para que lo metan preso en el segundo juicio, por lo menos.
Este segundo juicio es sobre Elena Quinteros, que Jorge, no tiene la menor idea de lo que le pasó a Elena Quinteros, no se enteró nunca de nada de lo que había pasado ahí, y la segunda es un matrimonio de apellido Potenza que estaba en la Argentina, la señora, era amiga de la amante de Stroessner, y parece que esa amante de Stroessner lo dejó, y querían saber a ver qué pasaba ¿qué había pasado con esa persona ?
Y bueno, cuando entraron al país, pidieron al Uruguay que los metieran preso, y los investigaran. Los investigaron en el Fusna. Los investigaron y dijeron tranquilamente que esta gente no tiene ningún tipo de relación con nada que sea terrorismo, ni tupamaros, ni nada. Esta gente es inocente de todo, no tiene nada que ver con nada, en ese momento ellos los metieron presos por supuestamente ser terroristas, por estar participando de una organización terrorista. Los investigaron, examinaron toda su vida, sus cosas, y eran inocentes totalmente y los dejan libre, como si hacía en el Fusna, que pasaban todos por juez, no es como acá, o ahora en el Uruguay, que los meten preso directamente, sin juicio y sin nada. Estos pasaban por juez, algunos lo dejaban libres, otros quedaban presos, según me contaba mi marido que era así, y que estaba muy contento en ese sentido de que se seguía un procedimiento que era correcto, bueno, la cosa es que los liberaron, y bueno, cuando los liberan, parece que de Paraguay los arrestan, se los llevan para Paraguay, y después aparecieron los cuerpos allá. Ahora, ¿por qué a Jorge lo están culpando de la muerte de esta gente? no se sabrá nunca, o sea, es como se maneja esta gente, como dice, por indicios de deducciones y todo lo demás, agarradas de los pelos, porque no tiene nada que ver. Jorge nunca se enteró nada de Elena Quinteros, se enteró todo por la prensa, y de esta gente Potenza que no tenía absolutamente nada que ver. Los dejaron libres en el Fusna, Jorge no tenía absolutamente nada que ver, y ahí el que dirigía el comandante jefe, el presidente de la República, que evidentemente era algo entre presidentes, no tiene nada que ver con Jorge Tróccoli, que era un simple teniente, bueno, la cosa que lo acusaron también de eso, así que bueno, aquí estamos. Le preguntan a Jorge, bueno, qué diga dónde están enterrados. Jorge no tiene idea porque nunca hizo desaparecer a nadie, nunca enterró a nadie, absolutamente nada.
Otra cosa que es muy importante, en el libro de Álvaro Alfonso, “La Intriga de los derechos humanos”, en el capítulo 4, Álvaro Alfonso transcribe una declaración que hace Toma, donde dice que escondieron información a propósito para que Tróccoli no se pudiera defender. No solo lo metieron preso con una cantidad de mentiras increíbles, sino que además escondieron documentación que podía haberle servido a Jorge para defenderse, y eso todo lo hizo Toma. Bueno, ya sabemos cómo es Perciballe que tenía un pariente, su tío, que era Tupamaro, y estaba preso, y Guianze que su marido era Tupamaro, o sea, estas personas que están ocupando cargos importantes, estan totalmente involucradas dentro del tema. Más claro de que es una venganza total lo que está haciendo esta gente, ahora me enteré de que el abogado Ravera le hizo una denuncia a Perciballe precisamente por eso, no solo por eso, sino porque además acusa a las personas sin tener ningún tipo de fundamento, la justicia es vergonzosa.
Julio Martino: Bueno, para finalizar, agradecer a Stella Maris su presencia de ánimo y su valentía en la defensa de su esposo y en la defensa de la verdad, en la cual está jugada a fondo.
Yo agregar simplemente unas puntualizaciones, algo que para mí es esencial. Lo primero es que el capitán Tróccoli es inocente.
El capitán Tróccoli no cometió ningún homicidio en el extranjero ni operó nunca en el extranjero porque nunca estuvo destinado en el extranjero.
No recibió órdenes ni podía recibirlas para actuar en el extranjero. La unidad a la que pertenecia, es una unidad táctica que operaba exclusivamente en Uruguay. El Cuerpo de Fusileros Navales no opera fuera del país. Troccoli no ha sido situado ni acusado por nadie en ningún sitio fuera de Uruguay cometiendo ningún tipo de delitos.
Se basan en que hizo cursos en Argentina, lo cual es muy habitual que las fuerzas armadas de países de América envíen a su personal para la realización de cursos con fuerzas extranjeras amigas. Eso es común, es habitual y tradicional. Eso no puede ser la base para decir que participó en operaciones en el extranjero. Estuvo en cursos en el extranjero. Operativamente no actuó nunca ni podía actuar. No es la unidad a la cual perteneció una unidad que puede operar en el exterior.
Yo que lo conozco al capitán Tróccoli, sé que él es inocente. Él nunca mató a nadie. Nunca. Es incapaz. Solo lo haría en defensa propia y en el marco de una situación de combate como cualquier soldado. Por suerte para él eso no le sucedió nunca.
Tampoco se le puede achacar ninguna víctima en Uruguay de ningún tipo. Todo es un montaje.
El hecho de que la izquierda se ensañe con él está muy vinculado a que tuvo una postura de reconciliación. Tuvo la nobleza, el espíritu y el estado de ánimo de salir a la vída pública a decir ”vamos a pasar página. Hubo una guerra. Bueno, miremos hacia adelante.” Pero los marxistas no son así. No, no son gente que se reconcilie, gente que tenga el espíritu y la nobleza de pensar hacia adelante y pensar en la paz del país.
Ellos están en lo que están. Son lo que son y están hechos de lo que están hechos. Su ideología, lo que los mueve, es el odio. Y ese odio envenena todo lo que es la vida en el país. Y en otros países, lo mancha todo, deja imposibilitado al país de reconciliarse y su perversión los lleva al límite de la persecución contra aquellos que pueden intentar hacerlo.
Esto es un aviso para navegantes. Les recuerdo a los que estén bregando por la reconciliación, que en los marxistas van a encontrar el más duro obstáculo para lograrla. El capitán Tróccoli lo intentó y por eso lo pusieron en la diana. No podían permitir que se estableciera la verdad histórica de lo que paso, porque para llegar a la reconciliación había que aceptar la verdad histórica. Aceptar que hubo una agresión subversiva contra el país, que hubo una situación de guerra interna y que se combatió esa guerra interna de acuerdo y dentro del marco de la legislación vigente. Y ellos no lo van a aceptar porque no les conviene, porque si se asienta eso, todas sus pensiones, sus prebendas y todo el planteo político e ideológico que les ha permitido 3 gobiernos frenteamplistas se cae como un castillo de naipes. Todos sus relatos se caen como un castillo de naipes. Por eso, esa enemistad contra el capitán Tróccoli. Por eso esa persecución perversa contra el capitán Tróccoli, que ha envenenado la vida de él y de su familia, que les ha llevado tristeza, que les ha llevado amarguras. Lo han perseguido, pero sus perseguidores no lo han derrotado, porque en prisión sigue luchando por superarse, por subir su nivel intelectual, por seguir estudiando y los derrota donde más les duele, los derrota en el espíritu. Yo lo saludo al capitán Tróccoli y le deseo lo mejor. Deseo que la señora Giorgia Meloni se toque el corazón y diga que Italia esto no lo puede permitir. Y que el capitán Troccolí pronto pueda volver a pasar sus años dorados junto a su familia y sus nietos y no en una cárcel italiana. Merece un justo descanso, después de una vida al servicio de su patria.
Esto es el nuevo (y viejo) “Nación Oriental”, que como no puede ser de otra manera esta del lado de los presos políticos, de nuestros militares y de los civiles que están siendo perseguidos por la venganza izquierdista. Por la venganza marxista y por esta justicia adulterada y prevaricadora que comete delitos a dos bandas. Será hasta la próxima. Un fuerte abrazo y ánimo para la valiente Stella Maris. Le mandamos de aquí un fuerte abrazo al capitán Tróccoli.